No han dolido prendas en emplear ingentes cantidades económicas en el saneamiento y salvación de entidades financieras o en la viabilidad de grandes empresas. Y parece que a nadie se le ocurre preguntar que ha sido de los cuantiosos beneficios obtenidos y no reinvertidos en las épocas de vacas gordas.
Y cuando desde los ámbitos sindicales se insiste en la necesidad de recursos públicos para potenciar una economía sostenible que genere empleo de calidad, en la formación, en infraestructuras, en la protección social…. se dice que todo eso es un dispendio que las arcas públicas no pueden soportar.
Se practica con una soltura sorprendente aquello de un dios para mí y otro para los demás. Más sacrificios para las víctimas reales de la situación y una mayor transferencia de recursos a aquellos que más tajada han sacado de la situación en los últimos años con sus prácticas especulativas. Leer más
Tacho emigrando a Zaragoza.
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Tacho era un tipo normal. No destacaba especialmente en nada. Tenía sus
rarezas, eso si; pero más o menos como todo el mundo. Sin grandes filias ni
grandes...