Inmigrantes. Más allá de la crisis.

La llegada y permanencia de inmigrantes a nuestro país ha sido uno de los fenómenos de mayor calado de los que se han producido en la última década. España ha pasado en pocos años de ser un país de emigrantes a ser un país receptor neto de personas que han decido venir a ganarse la vida entre nosotros. Esto, sin duda, ha tenido un impacto en aspectos de la vida social y una notable repercusión en el mercado laboral.

En el período que va de 1996 a 2007 la población ocupada inmigrante se incrementó en 2,5 millones de personas. Esto significó el 33,4% del total del empleo creado en esos años. En Aragón, a principios de 2009 el número de extranjeros empadronados (172.138), ya suponían el 12,729 de la población. El incremento más importante se produjo a lo largo del año 2007 (2,8%). El año 2008 experimenta un menor crecimiento, que nos retrotrae en tasas a años anteriores. En un territorio como el nuestro, con crecimiento poblacional vegetativo negativo, la afluencia de personas de otros países ha tenido, entre otros efectos beneficiosos de carácter económico, invertir la tendencia demográfica y el rejuvenecimiento de nuestra población.

Todavía no tenemos datos del padrón a principios de este año, pero las proyecciones más fiables para los próximos años indicarían una desaceleración en el incremento de inmigrantes. La percepción de la mala situación económica de nuestro país, el endurecimiento de las políticas migratorias del gobierno, la intensificación de los controles fronterizos y los programas de fomento de retorno voluntario, explicarían esta tendencia regresiva.

Las personas inmigrantes sido contratadas en sectores no competitivos en mercados internacionales, con poco contenido tecnológico, muy intensivos en mano de obra tales como construcción, comercio, hogar, hostelería, agricultura.. La tasa de temporalidad en este colectivo alcanza el 55,8% (30 puntos más que la media). El paro se está cebando de forma más aguda en los inmigrantes; a 31 de Diciembre de 2009, el 26% de la población parada en Aragón era inmigrante. Han sufrido un crecimiento anual del paro del 35,20% (5 puntos más que la media) y su tasa de desempleo alcanzaba el 18% (también 5 puntos más que la media).

El CITE Aragón (Centro de Información para Trabajadores Extranjeros) acaba de presentar sus memorias. Un extraordinario trabajo que se viene realizando desde hace años en distintos puntos de nuestra Comunidad Autónoma, en atención personalizada sobre temas de extranjería, permisos de trabajo y residencia, reagrupamientos, en denuncias de explotación laboral y delitos penales contra inmigrantes, charlas informativas, asambleas, mediación intercultural, participación en foros, orientación, derivación y acompañamiento a las Federaciones y distintos servicios del sindicato…. Un intenso y excelente trabajo hoy más necesario que nunca, en un momento en el que se puede dar un incremento de irregularidad sobrevenida, por la mayor dificultad para completar períodos mínimos de cotización, o de disponer de contrato de trabajo, que posibiliten la renovación del permiso de trabajo.

Una perspectiva amplia, superadora de la actual situación de crisis, obliga a contar con las personas inmigrantes para ese nuevo modelo productivo tan necesario para nuestro país. El crecimiento económico de los próximos años ya no va poder ser impulsado con un crecimiento irracional del sector inmobiliario. Y sería un error bascularlo en sectores intensivos en mano de obra, con pocos requerimientos de cualificación y bajos costes salariales. Para eso, además de las medidas políticas de estímulo hacia determinados sectores y un cambio de orientación en las estrategias empresariales, la educación y formación profesional han de jugar un papel determinante. También, y de forma muy especial, con el colectivo de inmigrantes; nuestros convecinos, compañeros de trabajo y de paro….

Tenemos que avanzar en la normalización. Por eso es importante la afiliación de las personas inmigrantes a CCOO. Y por eso debemos avanzar en su incorporación a nuestras listas electorales en las empresas y a nuestros órganos de dirección.